Evita fugas, reduce el desgaste y mejora el rendimiento de tus reductores con grasa líquida MicPol®. Más vida útil, menos mantenimiento y consumo.
Grasa líquida para reductores: más eficiencia y menos averías
La aplicación de grasa liquida para la lubricación de motorreductores a muchos les parece algo nuevo cuando realmente en Interflon llevamos años trabajando exitosamente con este concepto. Es un componente clave en el mantenimiento preventivo de los motorreductores.
Para entender por qué sustituir el aceite de nuestros reductores por una grasa liquida primero tenemos que analizar los problemas derivados del uso del aceite.
La primera limitación del aceite es el cambio de viscosidad producido con el aumento de la temperatura de trabajo del motorreductor. La viscosidad de un aceite se homologa a 40 grados, es decir, si usamos un ISO VG 220, su viscosidad es de 220 cSt a 40 grados. A medida que aumenta la temperatura de trabajo del reductor, el aceite pierde viscosidad, volviéndose más líquido.
Esta pérdida de viscosidad implica una serie de problemas:
- Con el tiempo, los retenes del motorreductor pierden su eficacia, además si el aceite se vuelve más líquido, se pueden producir fugas. Esto implica el ensuciamiento del ambiente de trabajo (problemático sobretodo en la industria alimentaria), tiempo de mano de obra invertido para vigilar el nivel y rellenar, además de la pérdida de fiabilidad del equipo.
- Cuando el aceite se vuelve líquido, pierde su eficacia para reducir la fricción de los engranajes. Esto produce un aumento de la temperatura de trabajo, empeorando los problemas anteriores y incrementando el desgaste de los componentes internos del motorreductor.
- El aumento de la fricción incrementa también el consumo energético.
Gracias a la aplicación de las grasas líquidas de Interflon con tecnología MicPol® se evitan estos problemas y se obtienen las siguientes ventajas:
- Eliminación de las fugas
- Mayor durabilidad del lubricante, de 4 a 6 veces más que aceites convencionales
- Menor fricción = aumento de la vida útil del reductor
- Descenso del consumo energético entre un 2 y un 15%
- Reducción de vibraciones y ruidos
- Descenso y menor variación de las temperaturas
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