Qué son, cómo diferenciarlas y cómo prevenir fallas en la lubricación
Oxidación y degradación térmica: causas, efectos y cómo controlarlas
Los lubricantes envejecen debido a influencias químicas y térmicas. La oxidación y la degradación térmica suelen mencionarse juntas, pero son procesos fundamentalmente diferentes y requieren enfoques distintos.
Aquí explicamos en qué consiste cada uno, cómo reconocerlos y cómo mantener el rendimiento óptimo de tus lubricantes.
Oxidación: reacción con oxígeno
La oxidación es una reacción química entre el lubricante y el oxígeno, que provoca un envejecimiento gradual del aceite o la grasa.
Este proceso se acelera por temperaturas elevadas, presión, catalizadores metálicos (como partículas de cobre o hierro) y contaminación.
¿Qué ocurre?
- El aceite o la grasa se oscurecen.
- La viscosidad aumenta.
- Se forman ácidos y subproductos.
- Puede aparecer lodo o "barniz".
La oxidación es relativamente gradual, pero con el tiempo puede deteriorar gravemente el rendimiento del lubricante e incluso provocar corrosión.

Degradación térmica
Degradación térmica: descomposición por calor
La degradación térmica ocurre cuando la temperatura es tan alta que las moléculas del lubricante se rompen por sí mismas.
Este proceso sucede sin la participación de oxígeno.
¿Qué ocurre?
- El lubricante se carboniza, dejando depósitos negros y duros.
- Las propiedades lubricantes desaparecen casi de inmediato.
- Los residuos sólidos se adhieren a las superficies y pueden bloquear componentes.
La degradación térmica suele ser localizada y rápida, desarrollándose en “puntos calientes” como rodamientos o engranajes sometidos a altas cargas.
Cómo diferenciarlas
Característica | Oxidación | Degradación térmica |
---|---|---|
Causa | Reacción con oxígeno | Ruptura molecular por calor |
Velocidad | Gradual, progresiva | Súbita, localizada |
Apariencia | Lodo oscuro, pegajoso | Depósitos negros y duros |
Ubicación | En todo el sistema | Sobre o cerca de superficies calientes |
Efecto | Corrosión, canales obstruidos | Residuos sólidos, piezas trabadas |
Cómo prevenir la oxidación y la degradación térmica
- Elegir un lubricante diseñado para resistir altas temperaturas y oxidación.
- Mantener el sistema limpio y libre de metales catalíticos y suciedad.
- Evitar sobrecargas y puntos calientes mediante un mantenimiento e inspección adecuados.
- Sustituir los lubricantes a tiempo y monitorear su condición.
- Almacenar y manipular los lubricantes correctamente para prevenir la contaminación y el envejecimiento prematuro.
La tecnología MicPol® de los lubricantes Interflon ayuda a limitar los efectos de ambos procesos: la película lubricante fuerte reduce la fricción y la generación de calor, disminuyendo el riesgo de oxidación al garantizar un rendimiento estable y menos tiempo de inactividad.
Conclusión
Con el conocimiento y enfoque adecuados, puede prevenir el envejecimiento prematuro de los lubricantes y proteger sus equipos contra el desgaste y las fallas innecesarias.
Al evitar la oxidación y la degradación térmica, los lubricantes mantienen sus propiedades protectoras por más tiempo, lo que se traduce en operación más fluida, menos paradas no planificadas y mayor vida útil de las máquinas.
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